domingo

mares de pasado oscilando entre los ojos
arrollan con el presente, te empapan de recuerdos.
tormentas de culpas entre los dedos

cansado el paso, pesado el miedo.
pequeña mano cubreme de mi soledad
aleja el sufrimiento que galopa sobre océanos
pequeña voz, cantame una melodía
que me deposite la canción que silba mi consuelo.

jueves

Abrís la puerta a tus sueños,
oles el sol, observas el viento pasar, y respiras los colores de la mañana.
No dudas, estiras tus manos hasta alguna nube atrapar,
te sentís alto, te sentís fuerte y liviano, 

tu voz deja de ser nasal, tus pies danzan al compás
El verde sonríe, el azul saluda y el anaranjado se te enamora.
En una esquina de tus sueños reposan los recuerdos,
alterados brillan más.
¡Qué deslumbrante tu primer amor y qué reconfortante tu paisaje!
En el centro del torbellino revolotean los libros, escupiendote frases que te ayuden a volar

ya tus pies dejan el piso, tu alma oscila hacia el horizonte
sos espiritu, sos calma, sos sueño.
Así de perdido te vas yendo, cerrás la puerta del cofre, la caja de pandora con llave,
y recostado sobre una almohada te despertás. 

martes

Gota a gota caen pedazos de cielo, buscan cabellos para recorrer, manos que acariciar, rincones donde estancarse. Se resbalan sobre las hojas, corren por los tejados, rozan tu piel.
 Días que se escapan de las manos. Gotas de lluvia que se escapan entre los dedos. Arañas que se escapan del tiempo. 
Transeúntes encontrados, nubes de palabras flotando. Solo manos, una lluvia que no se atreve a mojarlos. Solo pies, un camino, un perfume de aventura en sus cabellos.
Caen las gotas, cuatro arañas, y un paseo.

sábado

Un papel en la mano y una lapicera como testigos de una inspiración que nunca llega a concretarse, pero que sin embargo, esta ahí, uno la percibe y la toca, la huele y le hace cosquillas, se le ríe en la cara y así como llega ¡zaz! se escabulle en cuanto uno intenta atraparla, se escurre entre las finas líneas de los dedos, y lo deja a uno solo, con un sentimiento de vacío, con esa especie de humedad entre las manos, que en un par de minutos un café y una galletita secarán. Y luego, de nuevo a la terraza, a la cima de tu cabeza, con un libro que desprende recuerdos, un cuento que se mete entre tú pelo y golpea tu razón. Y ahí quedás, atontado entre palabras, intentando unir letras, coser cables, arreglar ese botón que acaba de caer. ¡plin! son dos botones ahora ¡plin, plin, plin! más más, y mirás tu camisa que no tiene tanto espacio, y el pedacito de hilo que seguramente no alcanzará. Y la mano, independiente del cuerpo, comienza a dibujar frases en el aire, en el papel, que alguien más le dicta, porque de eso estás segura, no sos vos, tu mente esta pensando todavía en el hilo y el botón y el agujero de tu camisa. Entonces mirás y lo ves de nuevo, jugueteando en tu nariz, en tus orejas, se cuelga de tu tímpano, te acaricia suavemente el cuello, y suena un timbre, y se va. Y vos lo mirás sin moverte todavía, sentado en tus silla, y le gritas ¡volvé! pero es tarde, y el teléfono sigue sonando. Y lo puteas, soltas tu lapicera y mirás la hoja, ahora llena de un monton de palabras, palabras, letras y una inspiración escurrida.  

martes

Mercedes camina, guarda sus manos en el bolsillo, en un inútil intento de darles calor.
Juan la mira, observándola a ella y a su tapado marrón. Contempla un rulito rebelde en su flequillo que danza junto al frío viento de julio.
Mercedes frena, saluda a Juan, y lo toma de la mano. El invierno se vuelve verano.
Ahora Juan duerme, ya un poco más arrugado, como también lo hace Manuel.
Mercedes camina nuevamente en un frío invierno de abril, con su rulito ahora un poco más plateado, su abrigo marrón y una taza de arroz con leche que me trae a mí.
 
Carlos ya no ríe, dice que nunca supo hacerlo, pero aún así, la engañó a Inés. La envolvió como se envuelven los cuellos en invierno, con su suave bufanda de colores, y le prometió cucharadas de miel.
Carlos ya no ríe, dice que nunca pudo hacerlo, aunque jura que lo intentó.
A veces Inés le dobla los labios, en un fracasado intento de dejarlos como el cierre de un paréntesis. Carlos se siente mejor, imagina que sonríe.
Carlos no quiere reír, Inés dice que su bufanda ahora es gris y sus cucharadas de limón. Ella ya tampoco sonríe, y me cuenta que por ello, de Carlos ya se olvidó.

viernes

Hoy puede ser un buen día para despertar.
Subís al tren sin pensar, te amontonas junto a desconocidos que nunca miras. Ocupado vas, en tus pensamientos te encerras, recuerdas las obligaciones y responsabilidades, que acumuladas mentalizado vas a no llegar. Estás apurado, te inquieta el reloj, te fastidia la gente. Repartís codazos al pasar. No ves el momento de llegar, pendiente estás a sentarte, pensando que es el remedio a tu malestar.
Irritado vas, no miras, no sentís, no disfrutas.
Día tras día todo es igual, la rutina agobia tu mente. No tienes felicidad. Vacío, cáscara de sentimientos quedas. No te das cuenta que algo en el ambiente ya no es real. No preguntas, caminas, tus pies son automáticos, no conversas, ya no pensas.
Hoy puede ser un buen día para despertar.
Subís al tren sin pensar, te amontonas junto a desconocidos que nunca miras. Ocupado vas, en tus pensamientos te encierras. Estás apurado, te inquieta el reloj, te fastidia la gente. Repartís codazos al pasar. No ves el momento de llegar.
Irritado vas, no miras, no sentís, no disfrutas, no pensas.
Hoy puede ser un buen día para despertar.
Subís al tren sin pensar, te amontonas junto a desconocidos que nunca miras. Pero hoy yo te digo, ¡Despertá! Abrís los ojos, los abrís de pronto, de golpe ante tanta multitud adormecida. Observas sus rostros, sentimientos y pensamientos dibujados son fáciles de analizar. La gente dormida es un lienzo, fino y transparente al que no cuesta descifrar.
La realidad te comienza a golpear y extasiado estás de tantas imágenes a observar.
El tren galopa de estación en estación. Sentís a tus pies vibrar, te divierte como tus sentidos comienzan a captar.
Tu mirada se dirige hacia la ventana, a los paisajes que corriendo ves pasar. Te detenés en los detalles. Quisieras ser viento, y abarcar toda la inmensidad del exterior.
Aturdido y maravillado estás, te preguntas, ¿Cuánta vida me he perdido? ¿Cuánto tiempo llevo dormido?
Tus pensamientos vuelven a funcionar, diálogos y pensamientos inventas en las cabezas de los demás, sonreís al pasar, vuelves a soñar.
Decidís hacer algo, en los oídos de la gente vas recitando. ¡Despertá!
Hoy puede ser un buen día para despertar.
Abrir la boca, sí, abrirla lo más que pueda en medio de avenidas transitadas. Ábrala y deje que el aire, los autos, y el ruido se metan en ella. Deje que la gente, el bullicio entren a bocanadas, siéntalos ronronear dentro, pero no cierre. Todavía no, tiene que quedarle bien claro que en este momento es imprescindible que usted intente gritar, es posible que no pueda y lo que salga en cambio sea un especie de gruñido. En ese caso, usted está en buen camino. Cuando llegue al otro lado de la calle, cierre. No es agradable ver gente con sus muelas y amígdalas expuestas en plena vereda. Pero es elemental que preste atención a esto, no trague, espere a llegar a la próxima calle, espere a que nadie lo mire, y en el instante en el que haya pisado el asfalto, en ese mismo, ábrala y deje que salga, que salga toda esa gran bola alimenticia que ahora está mezclada con el ruido, con los problemas, con las obligaciones y multitudes, con un par de autos, y personas que haya tragado por error. Deje que salga, escúpala, extírpela de sí mismo. Le advierto que no es tarea fácil, pero verá que satisfactorio se hace expulsarla. Todo es cuestión de segundos, el instante mismo en el que la señora de al lado miró para arriba, y usted aprovecha y escupe. Si hasta acá pudo seguir al pie de la letra las instrucciones sin tragar ninguna mosca, permítame que lo felicita, y le desee un lindo día.

martes


Señor, anciano de plumas~

Querido señor de palomas, sujeto emplumado,
A diario lo miro y me pongo a pensar, 
¿Algún día conseguirá volar?
Día tras día aguarda en el mismo lugar,
¿Cuántas décadas esperará?
Alma de pájaro, pequeño anciano,
¿Qué tanta paz es capaz de respirar?
Señor confidente de mensajeros, secreto barrial
Cuando camino y lo veo cantar felicidad,
me pregunto:
¿Cómo habrá terminado así?
Resiteme consejos a escuchar,
sopleme sus plumas de edad
Abuelo inocencia, querido desconocido,
deje algo de ternura para recordar.

domingo

Conduce tu cabeza, maneja tus recuerdos, acelera tus sentidos, frena tus pensamientos.La noche palpita un sonido, una voz correteando por el viento.Te envuelve, te hace niña, retrocede el tiempo.

viernes

Una cucharada de azúcar disolviéndose en el turbio océano de su café. En qué pequeñas dosis se podía beber el placer, apenas un sorbito de alegría para devolverle ese cable a tierra.
Levantó la cuchara que nunca llegaría a quemar su lengua, y en ella esa gota negruzca, tibia para el alma, que caería vertiginosamente sobre el mantel, para derramarse y ser olvidada.
Un papel golpeando la puerta había bastado para que días atrás renuncie a sus sábanas, sus paredes y a su apocada vista a la calle. Un papel para que el frío le cubriera la espalda y el temor lo despertara.
Pero esta vez, no fue una carta la que entró por aquella puerta. Ni siquiera fue un golpe la que sacudió su entrada. La destrucción no pidió permiso. Aquellos vestidos de personas con alma de bestias, irrumpieron en su habitación. Alguien lo había delatado.
Ya desprovisto de pertenencias, de identidad y de humanidad pensó en una llamada que nunca había realizado, un gracias que nunca había devuelto, un beso al que nunca se había animado, y ese último café que nunca había disfrutado.
En un país mas al sur, un hombre de uniforme e insignas. Un hombre con escritorio y bigote llenó papeles, masculló ordenes, gritó innecesariamente, y dejó, que una gran taza de café, se enfriara.

jueves

La vida es ironía, un jugo de coincidencias, donde Lucía y  Horacio se encuentran en la vuelta de la esquina.
El tiempo es veloz, ágil e incontrolable el cual David retiene en un ayer, en un recuerdo.
La felicidad es eso, mezcla de vida y tiempo, papel y canción. Un sabor a encuentros y casualidades, una porción de aventura, un mañana inconcluso.
La satisfacción es esta, llenar un espacio en blanco, escapar de los pensamientos, escribir un rato.

viernes

El motor ronronea, 
los asientos se inclinan 
el exterior se acerca
la ventana desaparece.
Remolinos de animales en el viento,
se introducen y bailan en tu pelo-
Las nubes se complotan con tus pensamientos
toman forma de recuerdos.
Momentos pasados que vas reviviendo
reforzando, y manoseando
tu mente los esta aferrando. 
Pero es tarde,
ya tan solo son
ya tan solo quedan
recuerdos de recuerdos.

jueves

Espacio descomunal, 
estrellas, lunas
mirada impar
infinito irreal
Calmado vas, mirando atrás
Danzar en fa
Escucha reir en la oscuridad
Ven a brillar, 
sentir, cantar.
Corramos ya, 
echemos a volar.
Es hora de despertar
El aire nos comienza a rozar


Toma mi mano en la noche
observemos el mundo girar
y el frio olvidar


Toma mi mano ya
echemos a volar, hacia plena oscuridad.


Tomo el celular entre mis manos.
Sintonizo una melodía, tu voz en el aparato,
parlantes dentro, ojos cerrados, solo mi alma escuchando.
El corazón se acelera, la mente fluye, la respiración se aquieta.
En el auricular izquierdo suena una guitarra y como imán al oído no quiere ser alejado
Su compañero el derecho canta recitando palabras, frases murmuradas bajito,
que empujadas por el oído en la cabeza resuenan.
Responden las manos, corresponden los pies.
Los ojos brillan, la lengua salta, el sonido traspasa el cuerpo
y en forma de canción dispara al exterior.
Un perro verde dobla la esquina
Miguel escrutó aquella última oración buscando en ella un mínimo error para así concluir finalmente con su texto. Dudaba de la última palabra y se disponía a cambiarla por un sinónimo, cuando el grito de su hijo lo hizo sobresaltar. Se apuró a socorrerlo llegando a su habitación con la respiración agitada, y encontrándolo sentado sobre su cama, con el cabello empapado en sudor y con una expresión de terror en los ojos. Rápidamente lo tomó entre sus brazos, y con palabras fue calmándolo hasta que logró que le cuente lo sucedido.
Emiliano había tenido una pesadilla, un sueño de niños, donde por lo que pudo entender, un perro de un particular color verde atacaba a un gran león. Este último demasiado querido por él según concluyó.
Si bien su padre insistió en que se trataba solo de un sueño carente de significado, Emiliano no se tranquilizó. Y recién luego de un buen rato en el que le leyó cuentos para olvidar sus miedos, el niño cayó dormido.
Al día siguiente, Miguel se levantó temprano y luego de llevarlo al colegio, se dirigió hacia su trabajo. En el camino de vuelta, paró a comprarle al niño una caja de crayones para recibirlo con alegría de la escuela, pero una vez dentro del local reparó en un peluche situado en lo alto de una estantería. Un león con una gran melena y ojos enormes miraba desafiante a quien quisiera comprarlo. Pasó su mano sobre él y le pareció perfecto. Siempre le habían fascinado esos animales.
Esa noche, Emiliano se quedó dormido abrazando su nuevo regalo, su nuevo amigo. Aunque éste no logró detener que nuevamente las pesadillas lo atormentaran durante la noche.
Esta vez ambos padres acudieron a consolarlo, y escucharon una vez más al niño repetir el mismo sueño, sólo que esta vez parecía incluir a un nuevo personaje, un cazador que controlaba al perro.
Los sueños se fueron repitiendo a lo largo de toda la semana, atormentando e inquietando a la joven pareja.
Era viernes, y un llamado a la noche advirtió a Miguel que la edición de su último libro ya estaba lista, era hora de su publicación.
Al día siguiente, luego de que los habituales gritos del niño, que significaban que acababa de ser sacudido por otra pesadilla, lo despertaran, decidió tomarse el fin de semana libre, para pasarlo con su familia. Pensó que así lograría mejorar el estado de su hijo.
Ya todos listos, se dirigieron a una pequeña plazoleta que todavía podía recorrerse, y en la cual una pequeña cantidad de niños jugaban inocentemente. Emiliano logró olvidar sus temores allí y luego de una tarde completa de risas y juegos, se dispusieron a volver rápidamente hacia la casa, apurados por el miedo a que oscurezca pronto.
Al otro día, Miguel compró el diario y vio publicado en él uno de sus tantos poemas. Un escalofrío lo recorrió.
Esa noche, antes de acostarse, el niño le pidió a su padre que durmiera con él, y fue en ese momento en el que sintió que algo no andaba bien, sentía el miedo atravesar las sabanas y frazadas hasta penetrarlo finalmente.
Se recostó a su lado, abrazándolo fuertemente y prometiéndole que nada pasaría.
Mientras dormían, Miguel podía percibir las pesadillas de su hijo inquietándolo. Las sentía, casi podía tocarlas y quiso alejarlas de él pero no pudo. Esa noche él también soñó con el perro verde y sus cazadores.
Ese domingo cuando cayó la noche, sintieron que el tiempo había pasado velozmente, pues habían perdido completamente la noción de la hora.
El niño no había soltado a su león durante todo el día y ahora que el cansancio comenzaba a envolverlo se dejó caer sobre un sillón al lado de su madre.
El reloj de la cocina marcó las 22,30 de la noche.
Alguien golpea la puerta y de pronto todo se transforma en gritos, ruidos, llantos, oscuridad.
Un instante en el que la vida pasa, de satisfactoria, a inquietante y atormentadora. Un instante en el que se desmorona todo y la violencia irrumpe.
El tiempo les pasa lenta y dolorosamente.
El reloj en el piso marca las 23.00 de la noche.
Emiliano que perdió su león de peluche permanece encerrado en la cocina abrazado a su madre, mientras tanto un falcon verde dobla en la esquina de Hortiguera.


 Dedicado a Miguel Ángel Bustos.
Caminando en el vacío hoy puedo encontrar
canciones que me ayudan a pensar
Respiro y siento colores, irreal
son voces que me ayudan a imaginar
Caminando en el vacío hoy puedo mirar
formas y risas entrar
recuerdos quedan atrás
un futuro se va a asomar
Caminando en tu camino hoy puedo llorar
y permitir a mi alma hablar.
Hoy puedo respirar
sentir de nuevo la felicidad
Hoy puedo mirar
sin tener miedo a lo que vendrá
Hoy puedo reir
seguirte hasta el fin
Hoy puedo vivir
y permitir a mi corazón una vez más sentir.

miércoles


Solo aire y espiritú
canto y melodía
dulzura y recuerdos
solo canciones como consuelos
papel y versos
solo vos y yo a lo lejos.

Subir a la parte más alta de la casa
mirando ante uno a la intimidante noche,
congelarse las puntas de los largos cabellos
mientras los dedos en movimiento
toman calor con un lápiz.
Objeto que se irá convirtiendo 
en una nueva extremidad de la mano,
la cual se sobresaltará 
junto con el resto del cuerpo
al captar en el ambiente
gritos, ladridos, hasta obligaciones llamarte,
irrumpiendo tu soñar despierto.
No te permiten estar solo,
son dueños de todo.
Mirar nuevamente la intimidante noche
cada vez más negra y atormentante 
los sonidos siguen estando,
pero ya no los oís
las obligaciones te aguardan
pero ya no importan,
mente en blanco, brazos fríos, ojos estrellados
esperando ver en la luna alguna respuesta reflejada.
Tuya cada vez más inmensa la noche
Puro mucho menos frío el aire
Callado esta vez más satisfactorio el silencio
Intimidantes cada vez más reales tus sueños.
Una sonrisa puede tener infinidades de motivos.
Un buen recuerdo logra modificar la curvatura de la boca 2 milímetros hacia arriba y hasta algunas veces en consecuencia los ojos responden largando un particular brillo.
Pero en cambio, cuando los recuerdos son negros la sonrisa que habíamos logrado en la oración anterior se desfigura; la cara se afloja, y la boca cae súbitamente hacia abajo mientras los ojos se desenfocan.
El tiempo es cuestión de segundos, algunos ni lo perciben, otros parecen querer ejercitar los músculos del rostro durante todo el día ya que van continuamente de recuerdos en recuerdos logrando un especie de baile con sus facciones.
Una sonrisa puede tener infinidades de motivos.
Una simple visita, un entrecruzamiento de miradas con una persona especial, logran producirte un cosquilleo que sube hasta localizar tu cara, enrojecer tus cachetes y dar aspecto de satisfacción.
Por lo general, la persona con la que intercambiamos la mirada corresponde a nuestra sonrisa con la misma mueca, haciendo que nuevamente se produzca el cosquilleo, pero esta vez desciende hasta establecerse en el estómago.
Una sonrisa puede tener infinidades de motivos.
Una frase, una palabra, pronunciadas correctamente logran muchas veces producir un calor en el pecho, un repique en nuestros corazones. 
Un susurro que nos traspasa los oídos y se dirige directamente a esa parte del cuerpo que sabe que es más vulnerable.
Un gesto, una acción en el momento correcto, logran calma y bienestar a la persona a la que vayan dirigidas.
Un suspiro largo les contesta en aprobación, y son correspondidas con iguales caricias.
Una sonrisa puede tener infinidades de motivos.
La sonrisa es automática, esta siempre preparada para ponerse en play, cualquiera puede disponer de ella durante las 24 horas.
La sonrisa es fácil, libera tu mente, se mezcla con el aire, reconforta.
Tiene infinidades de motivos, como también infinidad de significados.
Párate, mira, escucha
¿Qué oyes?
El viento golpea tus oídos
El silencio se transforma en constantes sonidos
Ante ti se agitan las ramas
¿Estás viendo sombras moverse?
son el reflejo de las estrellas.
¿Sigues sentado?
el piso comienza a rozarte
el pelo despeina tu cara,
¿Tu mirada alborotada no quiere captar mas siluetas?
Avivate niña! La realidad siempre te esperó
Abre los ojos y quítate el auricular en plena noche
Déjate asustar por tu entorno
No sueñes en tu mundo. ¡Despiértate y vive!
Respira realidad, saboreala, asqueate de ella.
A que brillen tus ojos te acostumbrarás, a sentir miedo también.
Ahora hazme un favor...
Despertá a tu compañero.
¿Quién dice qué es y qué no es normal?
¿Quién es el qué tiene derecho a juzgar por sobre los demás?
¿Quién marca las leyes de la sociedad?
¿Quién otorga el poder a los adinerados?
¿Quién nos quita la libertad?
El hombre. El hombre, todos, personas buenas, personas malas... constantes definiciones, antónimos, diferencias de conceptos.
¿Quién es el hombre? ¿Quienés somos? ¿Quién soy?

Niña Pureza

Hoy quiero escribirte a tí pequeña niña,
a la mujer que vas a ser.
¿Te han dicho alguna vez lo hermosa que sos?
porque yo olvidé hacerlo después.
Que frágil  te ves sin color,
y aunque tu fuerza en las fotos no se refleja 
Tendrás una gran fortaleza, luego verás
luchaste con dignidad, aunque haya sido él quien ganó.

¿Te dije en algún momento lo inteligente que sos?
sin dudas lo pensé, y quien te conoció no lo dudó
Transmitiste tu sabiduría a todo aquel que se te cruzó,
tus conocimientos y consejos marcaron un rumbo en más de uno.

Sos pureza pequeña niña
Sos infinidad de amor para regalar
cariño que muchos no alcanzamos a devolver.
Perdona si mis ojos brillan cuando te escribo
y mis manos tiemblan al sostener tu rostro
es que tu recuerdo es dificil de cargar.
Dejaste mucho en mí y no es fácil de hablar.

Tus cosas seguirán aquí aún cuando tengas que irte
y el tiempo las llenará de polvo,
los meses de humedad,
los años de olvido.
Pero de vez en cuando me escabulliré allí
para sentir tu olor y llenarme de vos.

No sientas miedo pequeña niña
no temas por lo que vendrá
yo estaré allí cargando tu mano.

Sos especial mujer, nadie te va a suplantar
pero si pudieras volver el tiempo atrás
esta vez, quédate acá

Corre niña
sé feliz pequeña
que la chica del océano
sólo disfruta mirando tu andar.

~Subiendo los escalones ante mi pequeña noche
esperando reflejarse en ti un pequeño rostro
divisar en algún punto de tu inmensa cortina
una mirada, una voz, o alguna sonrisa ~

viernes

Alguien pregunta ¿Qué sos? Y un grito en respuesta sin razón
Alguien pregunta ¿Quién soy? Un alarido es su contestación.
Alguien pregunta ¿Sos vos? Un silencio que sentencia la solución.
Alguien deja de preguntar. Su mente ya dejó de hablar.
Alguien deja de imaginar. Su cabeza que comienza a oxidarse.
Alguien entra. Alguien nace.
¿Vos sos....? 

lunes

Fue culpa del hombre quién entrecerró los ojos negando con fuerza
Fue culpa del hombre culpó al extraño, y huyo descaradamente
Fue tal vez, aquel hombre que con sus actos y lazos logró hoy ser perdonado


Culpa de la joven de sus gritos, caprichos y discusiones
Culpa de la joven que camina con la frente en alto y el rencor asechando
Solo fue aquella joven la que permaneció con fuerza, llevando el mundo acuestas.


Fue acaso culpa de la niña ignorante, que se esconde tras las sábanas
Culpa entonces de la niña y sus pesadillas, no escucha, no siente lo que la realidad la está golpeando
Culpable la niña  de sus escasos esfuerzos de una union imposible


Inocentes todos, Culpables la mayoria, nadie lo previno, nadie lo supo.
Carcelera y descarada la vida que aun hoy no los libera.

viernes

Con un ladrido dirijo mi atención a vos, que ignorante de mis pensamientos revisas el reloj.
'No es hora de comer, ve a dormir.'
Con un ladrido dirijo mi suplica a vos, que ignorante de mis pensamientos entreabrís el portón.
'Está abierto, puedes salir a correr'
Con un ladrido dirijo mi discurso a vos, me paro sobre tí, suplico tu atención.
'No es día para querer, puedes correr a dormir'